
¿Cuántas veces te has preguntado qué implica el lenguaje? Las lenguas, basadas en palabras que definen objetos, colores o estados nos ofrecen un significado o definición que podemos interpretar en función de nuestras creencias, patrones o valores que conforman nuestra identidad, pero si vamos más allá de esa palabra encontraremos un lenguaje no verbal.
¿Qué lenguaje hemos utilizado los seres humanos desde nuestros orígenes para comunicarnos?
Sin duda, uno de los más esenciales para la humanidad es el baile y el gran abanico de danzas basadas en movimientos corporales que expresan sus estados, tradiciones y cultos que acompañan y bañan de expresión sus propias vivencias.
El baile y la danza han formado parte de nosotros desde la prehistoria, nuestros primeros antepasados la utilizaron como una forma de expresión, de comunicación entre los propios seres humanos; como rituales de conexión con las fuerzas de la naturaleza y como forma de veneración a divinidades.
Esto aporta al baile valores de conexión social y un punto mágico de expresión de sentimientos y emociones, de estados mentales y de conexión con el propio cuerpo.
La universalidad del baile y la danza nos permite conectar con nuestra humanidad, sin interponer palabras, utilizando el lenguaje corporal como vehículo de transmisión; incorporando nuestro propio ritmo, que une respiración y corazón.
En el baile encontramos que su magia nos otorga el permiso de comunicarnos con otro ser humano, tan solo con el movimiento de nuestro cuerpo: un cambio de peso, un movimiento de brazos y todo ello utilizando nuestro ritmo interior que nos conectará con otras personas a través de la comunicación no verbal, creando un lenguaje vivo conectado con el presente, sólo con el movimiento de tu cuerpo. Esa es la magia del baile que lo hace mágico, divino, humano y universal.
En ASI SE BAILA concebimos el baile como parte de la vida,
vivimos la vida a través del baile.
Autor: Pedro Gea