Desde principios del siglo XX, la evolución de la danza ha estado vinculada al desarrollo de los “bailes modernos”. Bailes que se desarrollaron de forma espontánea a partir de una música concreta y que reflejaban el sentir de su época.
Estados Unidos y el Fox Trot
El origen de los bailes modernos se localiza en los Estados Unidos a finales del siglo XIX. En concreto en el año 1889, cuando John Philip Sousa creó un ritmo denominado Washington Post March. Se trataba de un baile en pareja conocid o como Two step, con pasos rápidos y saltos. Estaba basado en la música negra americana y, desde 1911 hasta 1915, su ritmo vivo sincopado apoyó la evolución de los bailes en pareja, apostando por los brazos entrelazados y miradas cara a cara.
Este fenómeno siguió desarrollándose en las salas de baile de principios del siglo XX haciéndose eco, además, de las alteraciones sociales y políticas de la época. De esta manera surgió el Fox Trot (y su variante Charlestón) que se correspondió con la euforia que sucedió a la Primera Guerra Mundial. Este baile nació en las orquestas de jazz de 1910, lo creó Harry Fox -de ahí su nombre- y sus pasos imitaban a los movimientos de los animales.
La quiebra económica y el swing
En los años treinta nació el Swing y con él un nuevo estilo de música y de baile. Fue el momento del Jitterbug, que hizo balancear a los cuerpos. Los bailarines ya no realizaban movimientos explosivos sino desplazamientos calculados y giros y acrobacias en pareja. Ambos seguían cogidos de la mano y bailando al mismo ritmo durante buena parte de las canciones, aunque la distancia entre ambos había aumentado considerablemente.
Este tipo de baile correspondía a una corriente denominada Lindy Hop. Movimientos ideados por bailarines afroamericanos que incorporaron nuevos pasos procedentes de otras discilplinas.
En su desarrollo, los bailes del estilo Lindy Hop compartían un mismo patrón: un paso básico de ocho tiempos, una estructura de baile rectangular y alargada, y los bailarines giran, de manera simultánea, sobre un eje central.
Estas danzas siguieron desarrollándose durante los años cuarenta en formatos como el West Coast, el Jive, el Boogie Woogie, el Balboa, o el Wendy, entre otros.
Irrumpe el Rock’n’Roll
A mediados de los años cincuenta irrumpió el Rock’n’Roll. Su nacimiento estuvo vinculado a Elvis Presley y a su oscilación de cadera.
Esta nueva música era una síntesis de blues, el rhythm and blues, el gospel y del country, y supuso un revulsivo para la mentalidad nacional de Estados Unidos que afrontaba cambios sociales importantes y su consolidación como principial pilar político de la escena internacional.
El paso básico para bailar Rock’n’Roll consta de seis tiempos y se baila en pareja. La mujer comienza sus movimientos con el pie derecho y el hombre con el pie izquierdo, bailando ligeramente inclinados hacia la pareja y con un discreto movimiento de caderas.
Durante muchos años este baile estuvo prohibido en las escuelas de danza.
El twist y el Beat
En el año 1960 Chubby Checker presentó el Twist y con él llegó una nueva variante de música y de baile. Su movimiento básico era una enérgica torcedura de caderas y del torso superior, así como un rápido giro de pies. Fue uno de los primeros bailes que se podían bailar sin necesidad de contar con pareja y eso supuso una revolución en las mentalidades estadounidenses.
Mientras esto ocurría en Estados Unidos, en Europa surgió el Beat de mano de The Beatles (sus canciones se bailaban de forma similar al rock llegando a su expresión máxima con el punk) y en Centroamérica emergía el Reggae. En él, caderas y las piernas iban al ritmo de la música, inclinándose en diagonal y hundiendo los talones en el suelo.
 La música Disco
En los años setenta reaparecen los bailes en pareja. Lo hacen de la mano de los primeros sonidos de la música disco, canciones que bebían del soul, del jazz y del funk, dando lugar a ritmos pegadizos que inundaron las pistas de baile. Su estructura se concreta en un compás de cuatro tiempos y una línea de bajo sincopado, con voces reverberadas.
En los años setenta su variante más popular fue el Hustle, un baile donde los intérpretes se paseaban por la pista al compás de la música agregando patadas, pasos de rock o gestos con las manos con los que poder llevar el compás entre tiempos.
El Break Dance
A mediados de los años ochenta apareció el Break dance, un baile acrobático que se ejecutaba de manera individual.
Su música se desarrolló siguiendo dos estilos distintos que utilizaron los grupos de baile para rivalizar en sus coreografías. La primera de ellas fue el hip hop, que usaba sonidos de sintetizadores y en el cual los bailarines imitaban los movimiento de los robots.
De otro lado, los bailarines realizaban giros usando la espalda, rodillas y hasta la parte de arriba de la cabeza siguiendo músicas menos sintetizadas.
La mayoría de estos bailes se hacían en la calle. Como evolución de estos sonidos y movimientos surgió el Rap, donde se integraban corrientes como el break dance, el electro, el graffiti urbano o el scratch, y donde se adaptaban expresiones de baile del break dance aunque dando prioridad a las manos.
Llegan las músicas electrónicas
En los años noventa los bailes se desarrolaron bajo la inflluencia del techno. Bajo esta nomenclarura se recogieron muchos bailes siendo el Flogger, FreeStep, HardStep y el Tektonik los más populares. En general, los manuales de estas danzas señalan que los sonidos bajos se bailan o interpretan con hombros, cabeza o ambos a la vez; mientras los sonidos altos se interpretan con brazos y manos. En todos los casos, el ritmo señala la rapidez con la que deben ejecutarse los movimientos.