No vamos a entrar en la polémica de si el tango es de Argentina o de Uruguay, si Gardel nació en Francia o no, ni cuál es el tango más bonito o triste de todos o cuál es el cantante más importante de tango. Sea como fuere la UNESCO declaró, el 2009, el tango en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial y lo relacionó a los dos países, asociado tanto en Buenos Aires como Montevideo. Para aprender a bailar tango, primeramente hay que entender un poco sus orígenes.
Este género, mundialmente famoso, se inició en las zonas más pobres de la ciudad, La Boca y San Telmo, como una mezcla entre los diferentes estilos musicales de los inmigrantes, italianos, españoles e incluso africanos. En sus orígenes eran temas totalmente instrumentales, sin letra, con guitarra, violín y algún tipo de órgano. Más tarde se incorporó el bandoneón, físicamente recuerda a una acordeón, y la letra, que muestra la mezcla cultural del tango. Si os paráis a escuchar las canciones, quizás habrá muchas palabras que no se entienden y es que hacen referencia al lunfardo. Y si buscáis de los primeros tangos con letras, hablan de temas sexuales, puesto que se empezó a popularizar a los prostíbulos del “bajo”, donde hoy está La City porteña.
Dicho esto, se capta la esencia de que el tango es muy pasional, y como tal hay que bailarlo. A pesar de que requiere una técnica depurada, no se puede ejecutar de manera fría e impersonal. Tanto la música como el baile debe sentirse bien adentro para expresarlo de la manera más profunda y bella. Nuestra primera recomendación para quien quiera aprender a bailarlo es acudir a clases de tango. Puede parecer una obviedad, pero es que no se trata de una actividad sencilla. Con el objetivo de captar la esencia lo más rápidamente posible y conocer los pasos básicos, acudir a una academia o tener un profesor de baile es realmente útil.
Evidentemente, la técnica que requiere este baile va a suponer una inversión de tiempo y esfuerzo considerable. Ahí reside la importancia de tener una guía profesional, ya que los errores se corrigen ipso facto y el proceso de aprendizaje es mucho más rápido y efectivo. Al reducir las horas que se necesitan para percibir los primeros resultados del avance en el aprendizaje, el aprendiz se siente reconfortado y enseguida comprende los beneficios de bailar tango y por qué es uno de los mejores bailes del mundo entero.
Como con cualquier otro baile, te aconsejamos tener paciencia y una actitud positiva. Lo mejor es empezar poco a poco, ya que con el tiempo irán entrando muchas variantes para clavar la ejecución. Al igual que se dice con los niños, antes de correr hay que saber andar. Por eso recomendamos una formación reglada que eduque progresivamente para que el alumno no desespere desde el primer día y abandone en su intento de aprender a bailar tango.